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miércoles, 17 de marzo de 2010

Oye! se más tierno con ella, no seas un egoista ella también siente

Varios Artículos de sexología muy importantes que ayudaran a que la vida de pareja sea más completa.

Mapa erógeno de la mujer Capítulo I


Por Antonio Martínez,

La vida de pareja, muchas veces se hace rutinaria con el correr del tiempo, la pasión inicial va cediendo paso a otras cualidades o características de la pareja como la crianza de los hijos o las preocupaciones laborales. Lo cierto es que, estos cambios, positivos o no, suelen coincidir con una monotonía que se manifiesta en mayor grado en la parte afectiva y sexual de la pareja. En esos momentos, la pareja trata de enderezar el timón de la relación realizando actividades diversas como irse de viaje, matricularse en cursos de pareja o simplemente suben el volumen a sus actividades sociales. Esto parece resultar hasta cierto grado, luego del cual, se vuelve al estado inicial de monotonía. El timón ya está al máximo y no se puede girar más ¿Qué hacer entonces? Quizá la solución esté más cerca de lo que usted creyó y la tenga entres su propias manos. En efecto, sus manos mismas son la solución. Se ha comprobado que muchas parejas reviven su sexualidad que parecía moribunda, cuando incluyen largas sesiones de masajes antes del acto sexual. Incluso a veces no es necesario llegar al coito puesto que el masaje prolongado en si mismo puede desembocar en un placentero orgasmo.





Para realizar estos masajes de la manera más efectiva, lo mejor es que tengamos una guía o mapa completo del cuerpo de la mujer. Para ser honestos, debemos decir que toda la superficie epitelial de la mujer es una zona erógena por excelencia, a diferencia del hombre que pude tener sus zonas erógenas más focalizadas. Con la mujer más bien se trata de la intensidad y la dedicación que uno le ponga a los masajes que dará a su pareja puesto todo el cuerpo femenino es de naturaleza erógena. Dicho esto, comencemos a definir la cartografía del cuerpo femenino. Empecemos por el punto más alto, los cabellos. Estos masajes son un buen preámbulo y es el primer contacto con la pareja en el que debemos pasar nuestros dedos entres sus hebras al tiempo que desenredamos suavemente sus cabellos.

Se puede empezar también desde la base del cuero cabelludo, acariciando todo el cabello en bloques siempre hacia la parte posterior de la cabeza, luego podemos ir entrando con las yemas de los dedos a explorar el cuero cabelludo, siempre con delicadeza y haciendo movimientos circulares al tiempo que vamos llevando su cabeza de un lado hacia otro. El objetivo es lograr una completa relajación que incluso se puede matizar con pequeños tirones de las hebras del cabello que salen del área cercana a la nuca. Esto provoca excitación en muchas mujeres por la sensación de dominación y posesión a que están siendo llevadas.

Pasamos ahora a la zona del rostro. Aquí es importante el contacto de las miradas y es preferible tomar una postura frente a frente y sentados. Podemos empezar tomando su rostro entre muestras manos pasando nuestros dedos por sus mejillas y estacionándonos cerca las orejas. En ese momento se puede intepolar besando los párpados cerrados de la pareja para ir bajando por sus mejillas. También podemos pasar las yemas de nuestro dedo índice por sus labios inferiores dos veces antes de besarlos. Luego regresar al contacto visual cara a cara, dejar que ambos ritmos respiratorios inunden el ambiente. Podemos introducir algunas técnicas de petting aquí y dejar que ella chupe uno de nuestros dedos sensualmente. Los labios son una de las zonas erógenas más potentes de la mujer y pueden llegar a tener un orgasmo al estimular bien esta zona. Los besos deben ser apasionados y explorativos, algo que justamente se pierde conforme pasa el tiempo de relación. Podemos aplicar pequeños mordiscos en los labios inferiores también al tiempo que la sujetamos fuerte entre los brazos. Algunos consejos exóticos proponen utilizar unas gotas de limón al besar para aumentar la sensación de placer ya que la mujer se guía mucho por el sentido del olfato.

En este punto, las pulsaciones ya deben estar bien elevadas para nuestra pareja y el calor va subiendo. Es hora de acercarnos a las orejas de nuestra pareja para lo cual debemos desplazarnos unos cuantos grados hacia uno de los lados. Las orejas son zonas que contienen innumerables terminaciones nerviosas y es bueno que al llegar hasta allí, nuestra pareja ya se encuentre excitada, de lo contrario la sensación se podría confundir con la producida por las cosquillas. Debemos acariciar con suavidad, sólo rozando con la yema de los dedos, los besos deben ser sumamente delicados y sobre las zonas más exteriores, nunca al centro del pabellón auricular ni sonoros puesto que el eco rebotará hacia adentro de sus oídos provocando una sensación muy desagradable y aparatosa. En esta parte, podemos susurrarle algo al oído para añadir mayor excitación o incluso soplar muy finamente sobre la el pabellón interno. Mientras tanto, nuestras manos ya deben estar explorando las regiones que serán estimuladas a continuación y que revisaremos en una próxima entrada.

Podemos añadir algunos elementos al masaje como frutas frescas

Mapa erógeno de la mujer Capítulo II

Muchos hombres sólo pueden revisar el mapa de la mujer hasta los senos tras lo cual llegan al clímax

Por Antonio Martínez,

Continuando con el mapa de las zonas erógenas femeninas, llegamos a una zona muy especial para ella, el cuello. Zona erógena por excelencia en todo su perímetro, podemos comenzar dando tiernos besos de arriba hacia abajo sobre uno de los costados e ir explorando todo el frente. A su vez, podemos recorrer con la punta de la lengua las mismas zonas. Otra técnica muy empleada es la succión de esta zona la cual debe hacerse con suavidad para evitar dejar hickies o marcas. También les gusta mucho a las mujeres, los besos en la nuca. En esta parte debemos recoger su cabello entre las manos y sostenerlo en la parte alta de su cabeza mientras damos pequeños soplidos sobre la nuca, dibujando formas aleatorias para luego proceder a besar suavemente la nuca. Podemos después avanzar hacia los costados, siempre besando toda la zona del músculo trapecio y llegar hasta sus hombros, zona muy sensible para ellas y que no debemos obviar. Podemos besar con un poco más de fuerza esta zona y alternar con pequeños mordiscos mientras sujetamos sus brazos entre nuestras manos. Una de las zonas más sensibles del cuello es la parte cercana a la oreja y no debemos olvidar explorar en esa área.

La siguiente zona que marca el mapa son los brazos y las manos. Los brazos tienen una piel especialmente delicada y es tan sensible como el cuello, por tanto debemos tener cuidado de no apretar muy fuerte con las manos ni dar mordiscos muy fuertes. Podemos besar y recorrer con la lengua ambos brazos y enfocarnos en la cara interna de estos que son especialmente erógenos. La zona de las axilas también es muy sensible y un muy fuerte para algunas personas. Hasta esa área debemos acercarnos con cuidado y solicitar permiso de ingreso sin palabras, ella nos hará un gesto de pase o deténgase si se siente cómoda al ser estimulada allí. Luego podemos tomar sus manos entre las nuestras y besarlas en señal de respeto, reverencia y entrega total a ella y al momento. En el anverso de sus manos podemos dibujar círculos con nuestros dedos al tiempo que nos llevamos algunos hacia nuestra boca y los lamemos y besamos con ternura. En este momento se puede tener contacto visual directo con la pareja.

Es hora de estacionarnos un buen rato, es momento de rendir culto a una de las zonas erógenas de máximo placer para la mujer y de mayor disfrute de los hombres como lo son los senos. Sin embargo, la mejor forma de estimulación depende aquí del gusto de cada mujer. Hay algunas que prefieren los tiernos besos y las ligeras exploraciones de los pezones, mientras que a algunas de ellas les gusta que los besos sean más profundos y que los mordiscos sean más marcados. Lo que debemos hacer al llegar a esta área es reconocer toda la zona con nuestra boca mientras sujetamos los costados de la pareja. Los besos deben ser continuos en esta parte, al igual que los jugueteos con la lengua alternados con pequeños mordiscos y succiones de los pezones. Nuestras manos también pueden entrar en juego aquí y apretar los senos de la mujer, moldearlos y besarlos al mismo tiempo. También podemos juntarlos unos con otros, al tiempo que nuestra nariz y labios quedan dentro. Incluso se pueden palmotear ligeramente de derecha a izquierda para conseguir una mayor excitación tanto de ella como de nosotros. El tiempo que nos tomemos en esta zona, será muy apreciado.

Muchos hombres sólo pueden llegar hasta esta parte del mapa, luego de lo cual deben iniciar el coito porque se encuentran muy cerca del clímax pero los que logran seguir adelante en el mapa, pueden encontrare tesoros inestimables de placer prolongado en la exploración de otras zonas. A continuación tenemos de la mujer, su abdomen. Nos acercamos al ombligo y generalmente estamos echados encima de ella a esa altura. Si nos arqueamos para besar esta zona, es posible que no podamos contener el orgasmo así que debemos seguir totalmente echados o incorporarnos muy lentamente y respirando profundo. Toda esta zona la podemos recorrer con besos mientras estiramos nuestros brazos para alcanzar sus senos y continuar nuestro trabajo en esa zona. Incluso podemos añadir algo de variantes a los masajes y emplear frutas. Podemos colocar una uva en su ombligo y tratar de quitarle la cáscara sólo con nuestros dientes. Debemos alternar esto con exploraciones en base a besos que se expandan hasta la zona del pubis, lo cual creará intensos espasmos en la mujer que probablemente ya haya tenido más de un orgasmo para entonces. Aún nos falta la segunda mitad del mapa que continuaremos en la siguiente entrega.


Las piernas de la mujer son zonas altamente erógenas

Mapa erógeno de la mujer Capítulo III

La vagina debe ser explorada sobre el final del recorrido

Por Antonio Martínez,


Continuando con el mapa erógeno de la mujer nos tocaría avanzar hacia la zona pélvica, sin embargo, aún no hemos explorado el territorio anexo de la espalda, el cual es una zona de alta excitabilidad y sensibilidad en la mujer. En efecto, las terminaciones nerviosas que salen de la columna y del cerebro, bajan a lo largo de toda esta zona y por tanto presenta gran sensibilidad. El truco aquí es el beso . No se deben dar ósculos muy marcados sino casi al aire. Debemos visualizar como si la mujer tuviese encima una capa transparente la cual debemos besar. Menos de un centímetro por encima de la superficie estará bien y podemos alternar con soplidos en la parte central, hacia los cotados de la columna lo que aumenta la excitación de los nervios de la zona. También son bienvenidas las manos en esta zona y se pueden dar ligeros masajes con la yema del pulgar o con la comisura que forma el dedo medio al flexionarse hacia dentro. Estos masajes son muy indicados hacia la zona de los omoplatos, deben ser efectuados con suavidad ya que hay muchas terminaciones nerviosas en la zona. Podemos continuar con los besos hacia la parte lumbar.


Los costados de la espalda también responden muy bien a pequeños mordiscos. A medida que vamos bajando, nos acercamos hacia la parte más baja de la espalda, antes de llegar a los glúteos, donde es indicada la participación de nuestras manos, con masajes a lo ancho de toda la zona. El detenernos en esta zona por unos cuantos segundos, aumentará la expectativa de nuestra pareja, antes de pasar a explorar la zona de los glúteos. Esta zona es también de gran sensibilidad en la mujer y aumenta en intensidad conforme uno se dirige hacia el centro. En esta zona los masajes deben ser hechos con las manos en la zona exterior, hacia las caderas, mientras con la boca, besamos y mordisqueamos la zona central. Quizá los accesorios nos puedan servir en este punto o simplemente juguetear con uno o dos dedos. También podemos estirar nuestros brazos mientras estamos por detrás de ellas para acariciarles los senos, mientras continuamos besando su espalda. Podemos alternar con caricias en los glúteos y arañando ligeramente esta zona junto con la cara posterior de sus muslos de abajo hacia arriba.

Nuevamente, es hora de reanudar nuestro camino por el mapa, siguiendo la ruta que nos lleva hacia el sur. De nuevo debemos quedar frente a frente. Quizá convenga en este punto explorar su vagina pero sólo superficialmente para poder continuar con el masaje por todo el resto del cuerpo. Si nos detenemos mucho tiempo en la vagina, es más que probable que olvidemos las zonas más australes y que también son erógenas en el mapa de la mujer. Las piernas son una de las partes más sensuales de toda mujer y ellas gustan mucho de un estímulo acompasado en esta zona. Debemos dar caricias suaves en la cara interna de los muslos ya que la piel es muy sensible en esta zona. En la cara exterior de los muslos más bien debemos dar enérgicos masajes en el sentido de las manecillas del reloj. Los besos también son bienvenidos en esta zona y podemos hacerlo subiendo desde la rodilla hasta la parte interna de los muslos, muy cerca de la vagina. Los mordiscos suaves también debemos reservarlos para la cara externa de los muslos y besar la cara interna, cerca de las rodillas, una zona erógena virgen en el mapa de la mujer.


No debemos desestimar el masaje en las pantorrillas y en los pies, donde hay muchas terminaciones nerviosas que relajan y estimulan al mismo tiempo antes de volver a la zona de la vagina donde quedó pendiente el recorrido del mapa. Antes de detenernos definitivamente en la vagina de la mujer debemos explorar la última zona olvidada, correspondiente al que es el puente entre la vagina y el ano. En esta zona debemos utilizar la yema de los dedos y ejercer ligera presión de manera circular lo que producirá gran excitación ya que es una zona de alto tráfico nervioso y de flujo sanguíneo. Finalmente es hora de hacer estacionario en la vagina y explorar esta zona. Pueden usarse los dedos o los labios pero en ambos casos, la intensidad es cosa de experiencia y práctica, ni muy fuerte ni muy suave, hay que saber encontrar el punto preciso de excitación de la pareja. Empezar por los labios mayores y menores de la vagina y luego llegar hasta el clítoris para estimularlo directamente con movimientos suaves. Al mismo tiempo debemos apoyar una de nuestras manos sobre la región del pubis y hacerla vibrar para aumentar la sensación de la pareja. Es seguro que en este punto, la mujer ya haya tenido varios orgasmos y el coito será más placentero para ambos.


Puntos eróticos femeninos

Hoy conocerás otros sitios de placer

Por Jorgelina Massoni,

Ya hemos hablado del Punto G, y apuesto a que más de uno que no lo había descubierto aún, luego de leer el artículo, lo ha por lo menos “tratado de encontrar”.

Hoy hablaremos de otros dos puntos eróticos, menos conocidos que el Punto G, pero que según los expertos, constituyen una excelente fuente de placer. ¿Te interesa descubrirlos?

Los puntos erógenes de las mujeres, son una fuente de gran placer

No hace muchos años, expertos en la materia, descubrieron otro punto erógeno femenino, ubicado en la pared de la vagina, localizado específicamente entre el Punto G, y el cuello de la vagina, al que denominaron Punto A, que a grandes rasgos, sería el responsable de producir un rápido orgasmo en la mujer, para ser más exactos, además provocaría una mayor y duradera lubricación, una mayor excitación y como consecuencia, múltiples orgasmos.


Aunque suene muy tentador y muchas querrán ponerlo en práctica de inmediato, no es tarea fácil localizarlo, pero existen posiciones que van a favorecer que el milagro ocurra.

Los puntos A y U, son dos puntos eróticos de la mujer

Algunas de las poses sexuales que te ayudarán a encontrar el Punto A, son:

* colocarte boca a bajo, y pedirle a tu pareja que se ubique detrás de ti

* colocarte sentada en el borde de la cama, y tu pareja arrodillada delante

* colocarte en posición de “perrito”


Otro de las zonas erógenas femeninas, es el Punto U, una zona poco explorada y también descubierta recientemente, aunque si eres aficionada a la masturbación, quizá ya lo hayas descubierto casi sin darte cuenta.

El Punto U, se localiza en la uretra, entre el clítoris, y la entrada de la vagina. Es una zona muy sensible, y para estimularlo, se recomienda hacerlo mediante el sexo oral, ejerciendo una firme presión en el área de la uretra.

Las posiciones que te ayudarán a encontrarlo, son las siguientes:

* colocarte encima de tu pareja, para favorecer el “frotamiento de la zona” en donde se localiza el Punto U

* colocarte sentada, abrazando a tu pareja con tus piernas, mientras éste se encuentre frente tuyo de rodillas

La idea es estimular mediante frotes, el área del clítoris, que es muy próximo al Punto U.

Así como el Punto A, la estimulación del Punto U, con un poco de suerte, te hará conseguir múltiples orgasmos.

Como te imaginarás, no es nada sencillo encontrar estas fuentes de placer, pero con mucha práctica y paciencia, seguro lo conseguirás. Si tienes algún consejo para darnos, ¡gustosos te escucharemos!

Sexo oral para ella


Por María Fernanda,

Dentro de los mayores placeres que un hombre le puede brindar a una mujer está sin lugar a dudas el besarle y lamerle la vulva con la lengua y con los labios, logrando estimular de mayor manera el clítoris que se llega a estremecer con caricias húmedas y también calientes.

Así, la lengua es un órgano táctil verdaderamente sensitivo que sabe cómo interpretar la respuesta erótica de ella. Por tanto, si bien esta puede recorrer la piel de una manera muy suave y delicada también puede llegar a una complexión más rígida y al aumentar el ritmo o también la intensidad al usar su parte más rígida o la punta en sí, puede incrementar el placer en diferentes zonas del cuerpo de la fémina.

De otro lado, casi todas las mujeres pueden llegar al clímax cuando se les lame el clítoris, la zona del perineo, el ano y también la parte de la entrada de la vagina, y aunque definitivamente el placer máximo se encuentra en la zona del clítoris es desde este preciso punto erógeno que la sensación de disfrute puede transmitirse a otras partes del cuerpo si es que ella sabe respirar de una manera igualmente rítmica que la estimulación que él le brinda con la lengua y también cuando contrae el músculo pubococcígeo (PC).

La sensibilidad femenina tan extrema (o mejor dicho, siempre alerta), advierte con rapidez que si él la llega a acariciar de una manera mecánica entonces el placer puede decrecer y esto se debe a que como en cualquiera de las prácticas sexuales, es muy importante que los gocen con mucha sensualidad y creatividad.

La manera más eficaz para realizar un buen sexo oral a una mujer

Si el hombre hace las cosas con sabiduría en el campo de lo sexual entonces, el amante puede llegar a despertar mucho morbo en ella lo que hará que el contacto vaginal que se anhela se demore haciendo que se evite ir directamente a ese punto de tanta excitación para ella. Aproximarse al campo del sexo oral tal vez sea aproximarse a un arte refinado que debe ir desarrollándose paso a paso, iniciándose como una danza parsimoniosa que a medida que tenga más practica podría ir incrementando su velocidad hasta volverse muy vertiginosa, logrando que ambas parte puedan llegar a un placer extremo.

A continuación te presentaré algunos pasos que te ayudarán mucho a darle el placer que ella tanto ansía al momento de realizarle sexo oral también llamado cunnilingus.

Paso número uno: en primer lugar, besa con profundidad la boca de tu pareja, luego juega con sus labios, estíralos y con la lengua hazle cosquilleos en la parte interna.

Paso número dos: luego baja lentamente con tu lengua por todo su cuerpo, recorre su cuello, senos (cada uno de sus pezones), vientre, ombligo (donde te recomiendo quedarte por algunos segundos.

Paso número tres: al mismo tiempo tus manos deben haber seguido el mismo recorrido que tu boda y lengua, es decir por los costados de su cuerpo. En el punto que ya estés en el ombligo, entonces tus manos deben estar en las caderas o en sus senos para que así el goce sea más completo.

Paso número cuatro: contornea su pubis con tu boca (es decir con tus besos y lamidas), es decir la mayor excitación ya está cerca.

Paso número cinco: ahora muerde con suavidad esta zona antes de internarte en las partes más húmedas.

Paso número seis: luego, absorbe con rapidez la parte interna de los músculos que se introducen entre las nalgas y por tanto, con la punta de la lengua toca con levedad cualquiera de los orificios que encuentres a su paso hasta que consigas llegar a los labios menores.

Paso número siete: en este punto debes acariciarlos una y otra vez con tu lengua demorándote un buen rato.

Paso número ocho: alza su pubis y con las piernas abiertas levántale también las nalgas las que debes sostener y acariciar ya que así habrá un mejor contacto con el clítoris, el cual debido a la excitación estará muy rígido y firme.

Paso número nueve: en este momento la vulva debe estar abierta como si fuese una campana cuyo placer sólo dependerá de su pareja, entonces, él debe lamer y mordisquear con mucho cuidado, moviendo hacia ambas partes (de derecha a izquierda).

Paso número diez: finalmente, cuando veas que ella ya va a tener un orgasmo, sujétala firmemente para que durante el clímax ella no se aleje ni por un segundo del placer que le seguirá dando tu boca, así el disfrute será totalmente intenso hasta el final.

Otras posturas

• Es muy placentera la postura en que se le coloca un cojín en la parte de los glúteos de la mujer ya que así el puede abrir sus piernas y llegar a su vulva con más facilidad, al mismo tiempo que sus pies se pueden apoyar en los hombros de él.

• La “postura 69” en la que ambas partes se estimulan al mismo tiempo. En esta posición la mayoría de las parejas lo practica cuando están sobre una cama, es decir mirándose frente a frente y con las cabezas contrarias el uno del otro de tal manera que los genitales queden a la altura de la boca del otro. Sin embargo, también puede practicarse de tal manera que el hombre quede echado completamente sobre la cama y ella sea la que está de rodillas sobre él.

• Realizar sexo oral mientras la mujer está parada y él se mantiene arrodillado.

• Él sobre la cama y ella en cuclillas dejando que su pubis se encuentre con la boca de él.

En cualquier caso, una recomendación importante es que cuando ella esté a punto de llegar al orgasmo, se retire del pene para evitar que pueda causar algún daño con los

Punto G, inyección de placer

Por P. Córdoba,

Como si se tratara de un tesoro escondido, se han trazado ya muchos mapas de la anatomía femenina para ir en busca del tan renombrado punto G, el cual se ha creado una fama injustificada desde el punto de vista de algunos investigadores, pues piensan que como la existencia de vida después de la muerte es una cuestión de fe.

No fue así para el médico alemán Ernst Grafenberg, al que se le atribuye el descubrimiento de tan erógena zona, situada en la pared interior de la vagina y alrededor de la uretra. La catalogó como el centro donde puede alcanzarse el máximo placer femenino.

Su aparición ha dado lugar a gran controversia, ya que no se ha llegado a un acuerdo científico con respecto a su significado. Pero lo cierto es que tras varios estudios se ha encontrado un porcentaje significativo de mujeres que manifiestan haber experimentado una intensa excitación tras la estimulación de un área situada en la pared frontal de la vagina, en el primer tercio de la entrada, detrás del hueso púbico.

Para adentrarse en su búsqueda es recomendable elevar la entrada vaginal, lo cual puede lograrse recostándose sobre almohadas que dejen las caderas a mayor altura que el resto el cuerpo. Una vez que se ha conseguido cierta lubricación, se estimula con el dedo suavemente y sin presionar la pared anterior (de derecha a izquierda, hacia atrás o circularmente). En pareja, también hay ciertas posiciones que favorecen su estimulación:

• la mujer tumbada boca abajo y el varón detrás suyo

• ella apoyada sobre las rodillas y las manos, y él penetrando por detrás.

• la mujer sentada en el borde de la cama y el hombre arrodillado delante.

Como los colores, elegir las zonas erógenas preferidas es cuestión de gustos, porque lo que para algunos puede ser una parte del cuerpo llena de sensibilidad y sensualidad, para otros puede llegar a ser incluso molesto que le toquen ahí. Por eso, si bien hay mujeres que estimulando el punto G han encontrado un lugar con el que poder sentir profundos orgasmos, otras en cambio, lo único que sienten es ganas de orinar.

No obstante, esta área íntima se ha convertido en algo tan venerado que, obsesionados con dar en el centro de la diana, muchos se olvidan de que la sexualidad bien entendida es un proceso, un viaje del cual se puede ir disfrutando, aun cuando no se sepa el destino, porque por otra parte, el final del trayecto no es único, ni tiene que estar prefijado de antemano.

Resultado de este empeño obsesivo, algunas mujeres han empezado a recurrir a la medicina para aplicarse una sustancia que consigue ampliar el punto G, de manera que se vea facilitada su localización. Hablamos del método GSA (por sus siglas en ingles: G-Spot Amplification), es un compuesto de colágeno, especialmente elaborado y procesado para ello, y que ha sido aprobado por la FDA (Food and Drugs Administration), para inyectarse en dicha zona erógena.

El primero que lo puso en marcha en EEUU fue el ginecólogo y cirujano cosmético David Matlock, quien quiso buscar una alternativa no quirúrgica para intensificar el placer sexual femenino. En realidad, este procedimiento funciona de modo similar al que se emplea en las inyecciones para incrementar el grosor de los labios, pero en este caso la pequeña dosis de colágeno natural (llamado Fascian) se acaba infiltrando en el aclamado punto G. Esta sustancia lo que provoca es una ligera inflamación, de modo que este área se aumenta considerablemente, siendo así más accesible y fácil de estimular (para los que andaban desorientados en busca del “arca perdida”).

¿En qué consiste?. Dentro de lo que cabe, no es una técnica invasiva, pues es una inyección indolora de unos 8 segundos, que se lleva a cabo con anestesia local. Un detalle que no se puede menospreciar es que antes de colocar el colágeno el médico debe revisar y comprobar la ubicación justa del punto, pidiendo a la paciente que se lo señale.

Media hora después, la mujer puede estar en su casa, aunque para disfrutar plenamente de los beneficios tendrá que dejar transcurrir al menos 4 horas hasta tener relaciones sexuales. No es necesario repetir el procedimiento hasta pasados 4 meses, tiempo en el que está estimada la duración de sus efectos.

Para las más aprensivas hemos de decir que no hay posibles complicaciones, pues no se han encontrado ni molestias durante el coito ni efectos secundarios para la salud, todo lo más que puede ocurrir es que no obtengan los resultados esperados, sobre todo para las que ya antes de someterse a dicho método no estaban seguras de haberse familiarizado con la mítica zona.

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Lo que sí puede suceder es que algunas féminas tengan la continua sensación de estar excitadas, mostrándose hipersensibles a la estimulación, aunque probablemente es más una sensación subjetiva, fruto de saber que esa área se ha desarrollado en la intimidad de su anatomía. De hecho, las hay que pueden empezar a sobrevalorar dicho foco erógeno en sus relaciones sexuales, y hacer de ello una preocupación constante, olvidándose de que es un medio para sentir placer, no un fin en sí mismo.

Hay otro sector de mujeres que considera esta alabanza al punto G como algo desmesurado, coincidiendo en que el primer puesto en el ranking de fuentes del placer femenino le corresponde al clítoris por goleada en terminaciones nerviosas, nada más y nada menos que cerca de unas 8000 (el doble que el glande del pene).En resumen, mientras que algunas se llevan las manos a la cabeza rechazando el colágeno en el punto G, movidas por el pudor, miedo o la incomodidad de llevar sustancias del mundo de la cosmética en sus “adentros”, otras piensan “si me tiño el pelo, uso cremas de las más variadas y publicitadas propiedades antienvejecimiento, ¿por qué entonces no utilizar todos los adelantos que tengo a mi alcance para estar bella y sensual por fuera y por dentro (nunca mejor dicho)?”¡Y es que la medicina estética no tiene límites, y llega hasta los más recónditos lugares de nuestra intimidad!

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